sábado, 30 de octubre de 2010

domingo, 24 de octubre de 2010

Opening Lady Oscar (La Rosa de Versalles)


En la pradera, crece una flor,
con un nombre que nadie conocio.
solo brota para el viento enfrentar,
todo estara muy bien y sin embargo yo...

Naci con el destino fatal, de ser como rozas con espinas
Tan hermosa al observar pero peligrosa al tocar.

La roza la roza florece tan dignamente
La roza la roza se marchita con esplendor
La roza la roza florece tan dignamente
La roza la roza se marchita con esplendor

jueves, 21 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

My Sacrifice- Creed-Saga de Geminis

HELLO MY FRIEND, WE MEET AGAIN
ITS BEEN AWHILE, WHERE SHOULD WE BEGIN?
FEELS LIKE FOREVER
WITHIN MY HEART A MEMORY
A PERFECT LOVE THAT YOU GAVE TO ME
OH, I REMEMBER

WHEN YOU ARE WITH ME IM FREE
IM CARELESS, I BELIEVE
ABOVE ALL THE OTHERS WELL FLY
THIS BRINGS TEARS TO MY EYES
MY SACRIFICE

WEVE SEEN OUR SHARE OF UPS AND DOWNS
OH HOW QUICKLY LIFE CAN TURN AROUND
IN AN INSTANT
IT FEELS SO GOOD TO REALIZE
WHATS IN YOURSELF AND WITHIN YOUR MIND
LETS FIND PEACE THERE

WHEN YOU ARE WITH ME IM FREE
Letras4U.com » letras traducidas al español
IM CARELESS, I BELIEVE
ABOVE ALL THE OTHERS WELL FLY
THIS BRINGS TEARS TO MY EYES
MY SACRIFICE

I JUST WANT TO SAY HELLO AGAIN
I JUST WANT TO SAY HELLO AGAIN

WHEN YOU ARE WITH ME IM FREE
IM CARELESS, I BELIEVE
ABOVE ALL THE OTHERS WELL FLY
THIS BRINGS TEARS TO MY EYES
CAUSE WHEN YOU ARE WITH ME I AM FREE
IM CARELESS, I BELIEVE
ABOVE ALL THE OTHERS WELL FLY
THIS BRINGS TEARS TO MY EYES
MY SACRIFICE, MY SACRIFICE

I JUST WANT TO SAY HELLO AGAIN
I JUST WANT TO SAY HELLO AGAIN

MY SACRIFICE.

martes, 5 de octubre de 2010

IBM y el holocausto Judío


  • Thomas J. Watson, el fundador de IBM, aceptó en junio de 1937 una distinción que se volvería en su contra: una medalla que Adolf Hitler creó para extranjeros "que demostraron ser dignos del Reich alemán". Rebosante de svásticas y águilas, la medalla confirmaba la contribución de IBM a la automatización de la Alemania nazi.

    En aquel momento, Alemania era el segundo cliente de IBM después de EE.UU. Los historiadores ya documentaron cómo la tarjeta perforada de IBM, precursora de las computadoras, desempeñó un papel importante en áreas que iban desde la puntualidad de los trenes alemanes hasta el programa de rearme de Hitler, pasando por los datos de censos, que constituían un elemento clave para la política racista nazi.
    Pero un nuevo libro supone un paso más contra Watson e IBM y sostiene que la tecnología de esa empresa contribuyó a facilitar el Holocausto al permitir que Hitler automatizara la persecución a los judíos mediante la creación de listas de grupos destinados a la deportación a campos de exterminio.
    El libro cuenta cómo, después de que IBM perdiera el control sobre las operaciones en Alemania en 1941 y Watson devolviera su medalla, la misma tecnología se siguió usando en Auschwitz y otros campos nazis a los efectos de registrar los ingresos y hacer un seguimiento de los trabajos forzados.
    "La tecnología de IBM contribuyó a que las cifras del Holocausto alcanzaron niveles verdaderamente fantásticos", argumenta Edwin Black, ex periodista e hijo de sobrevivientes del Holocausto. Black pasó tres años analizando la participación de IBM en la Alemania nazi para escribir su libro, "IBM y el Holocausto". "El Holocausto habría tenido lugar con o sin IBM, pero el Holocausto tal como lo conocemos, el Holocausto de las cifras impresionantes, es el Holocausto de la tecnología IBM. Permitió a los nazis trabajar en otra escala, con más velocidad y eficiencia".
    Las conclusiones de Black dieron lugar a un acalorado debate entre especialistas en el Holocausto. Algunos historiadores avalan la tesis de Black de que IBM y su subsidiaria alemana desempeñaron un papel importante en la persecución nazi. Otros, en cambio, insisten en que la tecnología IBM no tuvo mucho que ver con el Holocausto.
    Carol Makovic, portavoz de IBM, señaló que a la empresa le resulta difícil hacer declaraciones respecto del libro de Black ya que no tuvo acceso al mismo antes de su publicación. Agregó que IBM está dispuesta a colaborar con investigadores independientes y que depositó archivos importantes en la Universidad de Nueva York y la Universidad Hohemheim de Stuttgart, Alemania. Señala que la documentación sobre las actividades de la compañía en la Alemania nazi es "incompleta y de ninguna manera concluyente". "Claro que IBM considera que el régimen nazi fue algo lamentable", afirmó.
    Según un mensaje interno de la compañía informática, la IBM alertó a sus empleados sobre la aparición del libro y dijo que si la obra "muestra nueva y verificable información que permita avanzar en el conocimiento de esa trágica era, IBM lo examinará y pedirá a reconocidos eruditos e historiadores que hagan lo mismo".
    Una demanda contra la empresa fue presentada en Nueva York por sobrevivientes del Holocausto. Le reclaman compensaciones económicas.
    La afirmación más controvertida del libro de Black es que la tecnología de tarjeta perforada de IBM se usó para generar listas de judíos y otras víctimas a las que luego se deportaba. Si bien no hay duda de que IBM de Nueva York permitió la utilización de su tecnología en operaciones de censo nazis, entre ellas los de 1933 y 1939, lo que se debate es la utilidad que tuvieron en la localización de personas.
    La tecnología de tarjeta perforada se remonta a 1884. Herman Hollerith, un ingeniero germano-norteamericano de 20 años, creó un dispositivo para almacenar datos en tarjetas por medio de una serie de perforaciones, cada una de las cuales representaba un dato distinto, tales como edad, educación, domicilio y religión. Las tarjetas se ingresaban luego a una máquina, que cruzaba toda la información.
    Las máquinas de Hollerith fueron la tecnología de información más sofisticada antes del advenimiento de la era de la computación. A partir de mediados de la década de 1920, las tarjetas perforadas fueron el principal vehículo de la expansión de IBM en todo el mundo. IBM patentó la tecnología, con lo que la empresa podía alquilar máquinas a sus clientes y al mismo tiempo ejercer un estricto control sobre la provisión de tarjetas perforadas.
    La tecnología de Hollerith brindó a los nazis una poderosa herramienta de control social. Pocas semanas después del ascenso de Hitler al poder, en 1933, el director de la subsidiaria alemana de IBM, Willy Heidinger, proclamó que las máquinas ayudarían al Fuhrer a mantener la "pureza" y la "salud" de la política alemana.
    Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, en 1939, IBM ya entregaba a la Alemania nazi más de mil millones de tarjetas perforadas por año, según el libro de Black. Las relaciones amistosas entre IBM y la Alemania nazi se deterioraron desde junio de 1940, cuando Watson le devolvió a Hitler su medalla con la explicación de que ya no podía seguir apoyando "la política de su gobierno". Al año siguiente, Watson perdió el control de la subsidiaria alemana de IBM, la Dehomag, que pasó a manos de Heidinger, del partido nazi.
    Si bien no hay pruebas de que IBM supiera que las máquinas de Hollerith se utilizaban en lugares como Auschwitz, Black sostiene que la empresa lucró con las actividades de su subsidiaria Dehomag.
  • martes, 28 de septiembre de 2010

    Warcry - En un Lugar Sin Dios - Directo a la Luz



    Ví en mi sueño
    oscuridad a mí alrededor.
    Os ví llorar... y en mi sueño
    había algo aterrador:
    Oí las campanas,
    sentí latir mi corazón...
    Sentí el frescor de la mañana...
    la mañana de mi adiós.

    Quiero escapar, quiero salir,
    quiero reunirme junto a tí.
    No aguanto más la oscuridad,
    me falta el aire al respirar.
    Quiero escapar, quiero salir...
    ¿qué es este sitio?...
    ¿qué hago aquí?...
    No tengo ganas de imaginar
    que ha llegado mi final...

    Estoy sentado en un
    lugar del cementerio;
    veo como me acompañais
    en mi entierro.
    Intento gritar, pero ya sé
    que no puedo despertar,
    huir de este lugar sin Dios...

    No sé si es un sueño
    del cual soy dueño
    o símplemente es
    la pura realidad.
    No sé si vivo o quizás muerto.
    Perdido en el camino
    al mas allá,
    tan sólo quiero despertar...
    tan sólo quiero despertar.

    [Solo]

    Quiero escapar, quiero salir...
    ¿qué es este sitio?...
    ¿qué hago aquí?...
    No tengo ganas de imaginar
    que ha llegado mi final...

    Estoy sentado en un
    lugar del cementerio;
    veo como me acompañais
    en mi entierro.
    Intento gritar, pero ya sé
    que no puedo despertar,
    huir de este lugar sin Dios...

    No puedo...

    Esta canción me fascina...son pocos los grupos que suenan mejor en vivo
    y sin duda este es uno de ellos
    larga vida a WarCry
    larga vida a Victor

    martes, 21 de septiembre de 2010

    El Brindis del Bohemio

    En torno de una mesa de cantina,
    una noche de invierno,
    regocijadamente departían
    seis alegres bohemios.

    Los ecos de sus risas escapaban
    y de aquel barrio quieto
    iban a interrumpir el imponente
    y profundo silencio.

    El humo de olorosos cigarillos
    en espirales se elevaba al cielo,
    simbolizando al resolverse en nada,
    la vida de los sueños.

    Pero en todos los labios había risas,
    inspiración en todos los cerebros,
    y, repartidas en la mesa, copas
    pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

    Era curioso ver aquel conjunto,
    aquel grupo bohemio,
    del que brotaba la palabra chusca,
    la que vierte veneno,
    lo mismo que, melosa y delicada,
    la música de un verso.

    A cada nueva libación, las penas
    hallábanse más lejos
    del grupo, y nueva inspiración llegaba
    a todos los cerebros,
    con el idilio roto que venía
    en alas del recuerdo.

    Olvidaba decir que aquella noche,
    aquel grupo bohemio
    celebraba entre risas, libaciones,
    chascarrillos y versos,
    la agonía de un año que amarguras
    dejó en todos los pechos,
    y la llegada, consecuencia lógica,
    del "feliz año nuevo" . . .

    Una voz varonil dijo de pronto:
    - las doce, compañeros;
    digamos el "requiescat" por el año
    que ha pasado a formar entre los muertos.
    ¡Brindemos por el año que comienza!
    porque nos traiga ensueños;
    porque no sea su equipaje un cúmulo
    de amargos desconsuelos . . .

    - Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
    que la vida nos lanza,
    de vencer los rigores del destino,
    por la esperanza, nuestra dulce amiga,
    que las penas mitiga
    y convierte en vergel nuestro camino.

    Brindo porque ya hubiere a mi existencia
    puesto fin con violencia
    esgrimiendo en mi frente mi venganza;
    si en mi cielo de tul limpio y divino
    no alumbrara mi sino
    una pálida estrella: Mi esperanza.

    ¡Bravo!, dijeron todos, inspirado
    esta noche has estado
    y hablaste bueno, breve y substancioso.
    El turno es de Raúl; alce su copa
    y brinde por . . . Europa,
    ya que su extranjerismo es delicioso . ...

    Bebo y brindo, clamó el interpelado;
    brindo por mi pasado,
    que fue de luz, de amor y de alegría,
    y en el que hubo mujeres seductoras
    y frentes soñadoras
    que se juntaron con la frente mía. . .

    Brindo por el ayer que en la amargura
    que hoy cubre de negrura
    mi corazón, esparce sus consuelos
    trayendo hasta mi mente las dulzuras
    de goces, de ternuras,
    de dichas, de deliquios, de desvelos.

    -Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
    brote un torrente
    de inspiración divina y seductora,
    porque vibre en las cuerdas de mi lira
    el verso que suspira,
    que sonríe, que canta y que enamora.

    Brindo porque mis versos cual saetas
    lleguen hasta las grietas
    formadas de metal y de granito,
    del corazón de la mujer ingrata
    que a desdenes me mata . . .
    ¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

    Porque a su corazón llegue mi canto,
    porque enjuguen mi llanto
    sus manos que me causan embelesos;
    porque con creces mi pasión me pague. ..
    ¡vamos!, porque me embriague
    con el divino néctar de sus besos.

    Siguió la tempestad de frases vanas,
    de aquellas tan humanas
    que hallan en todas partes acomodo,
    y en cada frase de entusiasmo ardiente,
    hubo ovación creciente,
    y libaciones, y reir, y todo.

    Se brindó por la patria, por las flores,
    por los castos amores
    que hacen un valladar de una ventana,
    y por esas pasiones voluptuosas
    que el fango del placer llena de rosas
    y hacen de la mujer la cortesana.

    Sólo faltaba un brindis, el de Arturo,
    el del bohemio puro,
    de noble corazón y gran cabeza;
    aquel que sin ambages declaraba'
    que sólo ambicionaba
    robarle inspiración a la tristeza.

    Por todos lados estrechado, alzó la copa
    frente a la alegre tropa
    desbordante de risa y de contento
    los inundó en la luz de una mirada,
    sacudió su melena alborotada
    y dijo así, con inspirado acento:

    -Brindo por la mujer, mas no por esa
    en la que halláis consuelo en la tristeza,
    rescoldo del placer ¡desventurados!;
    no por esa que os brinda sus hechizos
    cuando besáis sus rizos
    artificiosamente perfumados.

    Yo no brindo por ella, compañeros,
    siento por esta vez no complaceros.
    Brindo por la mujer, pero por una,
    por la que me brindó sus embelesos
    y me envolvió en sus besos;
    por la mujer que me arrulló en la cuna.

    Por la mujer que me enseñó de niño
    lo que vale el cariño
    exquisito, profundo y verdadero;
    por la mujer que me arrulló en sus brazos
    y que me dió en pedazos
    uno por uno, el corazón entero.

    ¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana
    que piensa en el mañana
    como en algo muy dulce y muy deseado,
    porque sueña tal vez que mi destino
    me señala el camino
    por el que volveré pronto a su lado.

    Por la anciana adorada y bendecida,
    por la que con su sangre me dió vida,
    y ternura y cariño;
    por la que fue la luz del alma mía;
    y lloró de alegría
    sintiendo mi cabeza en su corpiño.

    Por esa brindo yo, dejad que llore,
    que en lágrimas desflore
    esta pena letal que me asesina;
    dejad que brinde por mi madre ausente,
    por la que llora y siente
    que mi ausencia es un fuego que calcina.

    Por la anciana infeliz que sufre y llora
    y que del cielo implora
    que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
    por mi madre bohemios, que es dulzura
    vertida en mi amargura
    y en esta noche de mi vida, estrella . ..

    El bohemio calló; ningún acento
    profanó el sentimiento
    nacido del dolor y la ternura,
    y pareció que sobre aquel ambiente
    flotaba inmensamente
    un poema de amor y de amargura.

    domingo, 19 de septiembre de 2010

    El Ruiseñor y la Rosa- Oscar Wilde


    -Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja -se lamentaba el joven estudiante-, pero no hay una solo rosa roja en todo mi jardín.

    Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado.

    -¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! -gritaba el estudiante. Y sus bellos ojos se llenaron de llanto.

    -¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja.

    -He aquí, por fin, el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente.

    -Hay un baile mañana por la noche -murmuraba el joven estudiante-, y mi amada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará ningún caso. No se fijará en mí para nada y se destrozará mi corazón.

    -He aquí el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso: es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.

    -Los músicos estarán en su estrado -decía el joven estudiante-. Tocarán sus instrumentos de cuerda y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que su pie no tocará el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la rodearán solícitos; pero conmigo no bailará, porque no tengo rosas rojas que darle. Y dejándose caer en el césped, se cubría la cara con las manos y lloraba.

    -¿Por qué llora? -preguntó la lagartija verde, correteando cerca de él, con la cola levantada.
    -Si, ¿por qué? -decía una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.
    -Eso digo yo, ¿por qué? -murmuró una margarita a su vecina, con una vocecilla tenue.
    -Llora por una rosa roja.
    -¿Por una rosa roja? ¡Qué tontería!
    Y la lagartija, que era algo cínica, se echo a reír con todas sus ganas.

    Pero el ruiseñor, que comprendía el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina, reflexionando sobre el misterio del amor. De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el bosque como una sombra, y como una sombra atravesó el jardín. En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verle, voló hacia él y se posó sobre una ramita. -Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces. Pero el rosal meneó la cabeza. -Mis rosas son blancas -contestó-, blancas como la espuma del mar, más blancas que la nieve de la montaña. Ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol y quizá el te dé lo que quieres.

    Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía entorno del viejo reloj de sol. -Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces. Pero el rosal meneó la cabeza. -Mis rosas son amarillas -respondió-, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un tronco de árbol, más amarillas que el narciso que florece en los prados antes de que llegue el segador con la hoz. Ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante, y quizá el te dé lo que quieres.

    Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante. -Dame una rosa roja -le gritó-, y te cantaré mis canciones más dulces. Pero el arbusto meneó la cabeza. -Mis rosas son rojas -respondió-, tan rojas como las patas de las palomas, más rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no tendré más rosas este año. -No necesito más que una rosa roja -gritó el ruiseñor-, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo la consiga? -Hay un medio -respondió el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo. -Dímelo -contestó el ruiseñor-. No soy miedoso.

    -Si necesitas una rosa roja -dijo el rosal -, tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla con sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te atravesarán el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía.

    -La muerte es un buen precio por una rosa roja -replicó el ruiseñor-, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?

    Entonces desplegó sus alas obscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra y como una sombra cruzó el bosque.

    El joven estudiante permanecía tendido sobre el césped allí donde el ruiseñor lo dejó y las lágrimas no se habían secado aún en sus bellos ojos.

    -Sé feliz -le gritó el ruiseñor-, sé feliz; tendrás tu rosa roja. La crearé con notas de música al claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido, en cambio, es que seas un verdadero enamorado, porque el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta sea sabia; más fuerte que el poder, por fuerte que éste lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su hálito es como el incienso.

    El estudiante levantó los ojos del césped y prestó atención; pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues sólo sabía las cosas que están escritas en los libros.

    Pero la encina lo comprendió y se puso triste, porque amaba mucho al ruiseñor que había construido su nido en sus ramas.

    -Cántame la última canción -murmuró-. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas!

    Entonces el ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que ríe en una fuente argentina.

    Al terminar la canción, el estudiante se levantó, sacando al mismo tiempo su cuaderno de notas y su lápiz. "El ruiseñor -se decía paseándose por la alameda-, el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero siente? Me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas: puro estilo, exento de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y en el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede negarse que su garganta tiene notas bellísimas. ¿Que lástima que todo eso no tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin práctico!" Y volviendo a su habitación, se acostó sobre su jergoncillo y se puso a pensar en su adorada. Al poco rato se quedo dormido.

    Y cuando la luna brillaba en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra las espinas. Y toda la noche cantó con el pecho apoyado sobre las espinas, y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando toda la noche. Cantó durante toda la noche, y las espinas penetraron cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía de su pecho. Al principio cantó el nacimiento del amor en el corazón de un joven y de una muchacha, y sobre la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo, canción tras canción. Primero era pálida como la bruma que flota sobre el río, pálida como los pies de la mañana y argentada como las alas de la aurora. La rosa que florecía sobre la rama más alta del rosal parecía la sombra de una rosa en un espejo de plata, la sombra de la rosa en un lago. Pero el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas. -Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada. Entonces el ruiseñor se apretó más contra las espinas y su canto fluyó más sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen. Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida.

    Pero las espinas no habían llegado aún al corazón del ruiseñor; por eso el corazón de la rosa seguía blanco: porque sólo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una rosa. Y el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas. -Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada. Entonces el ruiseñor se apretó aún más contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón y él sintió en su interior un cruel tormento de dolor. Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimado por la muerte, el amor que no termina en la tumba.

    Y la rosa maravillosa enrojeció como las rosas de Bengala. Purpúreo era el color de los pétalos y purpúreo como un rubí era su corazón.

    Pero la voz del ruiseñor desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos. Su canto se fue debilitando cada vez más. Sintió que algo se le ahogaba en la garganta. Entonces su canto tuvo un último destello. La blanca luna le oyó y olvidándose de la aurora se detuvo en el cielo. La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío del alba. El eco le condujo hacia su caverna purpúrea de las colinas, despertando de sus sueños a los rebaños dormidos. El canto flotó entre los cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar.

    -Mira, mira -gritó el rosal-, ya está terminada la rosa. Pero el ruiseñor no respondió; yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado de espinas.

    A medio día el estudiante abrió su ventana y miró hacia afuera. -¡Qué extraña buena suerte! -exclamó-. ¡He aquí una rosa roja! No he visto rosa semejante en toda vida. Es tan bella que estoy seguro de que debe tener en latín un nombre muy enrevesado. E inclinándose, la cogió.

    Inmediatamente se puso el sombrero y corrió a casa desu amada, llevando en su mano la rosa. La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con un perrito echado a sus pies. -Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja -le dijo el estudiante-. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos, ella te dirá cuanto te quiero.

    Pero la joven frunció las cejas. -Temo que esta rosa no armonice bien con mi vestido -respondió-. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.

    -¡Oh, qué ingrata eres! -dijo el estudiante lleno de cólera. Y tiró la rosa al arroyo. Un pesado carro la aplastó.

    -¡Ingrato! -dijo la joven-. Te diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿quién eres? Un simple estudiante. ¡Bah! No creo que puedas darme nunca los lujos que pueden darme otros. Y levantándose de su silla, se metió en su casa.

    "¡Qué tontería es el amor! -se decía el estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada, y como en nuestra época todo estriba en ser práctico y ambicioso, voy a volver a pensar es en como conseguir tener una buena vida."

    Olvidandose porque no entendía; el sacrificio, la canción y el mensaje del ruiseñor

    Oscar Wilde

    sábado, 4 de septiembre de 2010

    domingo, 29 de agosto de 2010

    Al este del sol y al oeste de la luna

    Érase una vez un pobre carretero que tenía muchos hijos. Era tan pobre que no podía alimentarlos bien ni darles ropa que ponerse en el cuerpo; sin e
    mbargo,
    todos los hijos eran muy guapos, aunque la más guapa de todas era la hija pequeña.
    Un jueves por la tarde, a finales de otoño, hacía un tiempo horrible. Estaba oscurísimo y además llovía y tronaba de tal forma que las ventanas crujían. Toda la familia estaba sentada alrededor de la chimenea, ocupado cada uno con su
    trabajo. De repente llamaron tres veces a la ventana. El hombre salió a ver quién era, y entonces vio a un gran oso blanco.
    -Buenas tardes -dijo el oso.
    -Buenas tardes -dijo el hombre.
    -Si me das por esposa a tu hija menor -dijo el oso-, te haré tan rico como pobre eres ahora.
    Al hombre no le pareció mala idea, pero dijo que primero lo tenía que consultar con su hija; entró y contó que fuera había un gran oso blanco que le había prometido que le haría tan rico como pobre era ahora si le daba por esposa a su
    hija menor. La muchacha, sin embargo, dijo que no, que no quería saber nada de aquel trato.
    El hombre volvió a salir, habló amistosamente con el oso y le dijo que volviera el jueves siguiente por la tarde, que entretanto ya vería qué podía hacer.
    Intentaron convencer entonces a la muchacha y le contaron de todas las maneras posibles lo ricos que podían llegar a ser y lo bien que le iría también a ella.
    Finalmente ella accedió, lavó el par de harapos que tenía, se arregló lo mejor que pudo y se preparó para el viaje.
    Cuando el jueves siguiente, por la tarde, llegó el oso, le dijeron que sí, que todo estaba en orden. La muchacha se montó con su hatillo sobre su lomo y se
    pusieron en marcha. Una vez recorrido un buen trecho, el oso le preguntó:
    -¿Tienes miedo?
    Ella contestó que no, que no tenía ningún miedo.
    -Sujétate siempre muy fuerte a mi pelambre -dijo el oso-; así no te pasará nada.
    Ella cabalgó por todo el mundo a lomos del oso hasta muy, muy lejos; tan lejos que nadie podría decir realmente cuánto. Finalmente llegaron a una gran roca. El oso llamó con los nudillos y a continuación se abrió una puerta, a través de la
    cual llegaron a un gran palacio. Dentro había muchas habitaciones iluminadas con lámparas, y todo resplandecía por el oro y la plata; también disponía de un gran salón, en el cual había una mesa sobre la que se habían servido los más deliciosos platos. El oso le dio entonces una campanilla de plata y le dijo que cuando deseara cualquier cosa, no tenía más que tocar la campanilla y enseguida la tendría.
    La muchacha comió y bebió. Como ya había anochecido, sintió sueño y quiso irse a la cama. Entonces tocó la campanilla... e inmediatamente se abrió una
    cámara en la que había una cama hecha, la más bella que pudiera uno desear, con almohadones de seda y cortinas con flecos de oro, y todo lo que había en la cámara era asimismo de oro y plata. Pero en cuanto apagó la luz y se metió en la
    cama, llegó una persona que se acostó a su lado. Y así sucedió todas las noches.
    Ella no podía ver quién era, porque siempre llegaba después de que hubiera apagado la luz y se volvía a ir antes de que hubiera amanecido.
    Así vivió una temporada tranquila y contenta. Pero pronto le entró tal nostalgia por volver a ver a sus padres y a sus hermanos que se volvió muy taciturna y
    triste. Entonces, un día el oso le preguntó qué le pasaba que estaba siempre tan taciturna y ensimismada.
    -Ay -dijo ella-, es que me aburro tanto aquí en el palacio... Me gustaría muchísimo volver a ver a mis padres y a mis hermanos.
    -Eso se puede arreglar -dijo el oso-, pero tienes que prometerme que jamás hablarás con tu madre a solas, sino cuando los demás estén presentes.
    Seguramente te querrá coger de la mano y llevarte a una alcoba para hablar contigo a solas, pero no consientas, pues si lo haces me harás muy desgraciado y
    te harás muy desgraciada a ti misma.
    La muchacha dijo que no, que tendría cuidado.
    El domingo se presentó el oso y dijo que había llegado el momento de emprender el viaje hacia la casa de sus padres. Ella se montó a lomos del oso y se pusieron en marcha. Cuando ya llevaban mucho tiempo viajando, llegaron a
    un gran palacio blanco, del que sus hermanos entraban y salían y en el cual jugaban. Todo era tan hermoso y maravilloso que daba gusto verlo.
    -¡Allí viven tus padres! -dijo el oso-. No te olvides de lo que te he dicho, pues de lo contrario serás muy desgraciada y me harás muy desgraciado a mí. La muchacha dijo que no, que no lo olvidaría, y se dirigió hacia el palacio. El oso, sin embargo, regresó.
    Cuando los padres volvieron a ver a su hija, se alegraron tanto que es imposible describirlo. Nunca podrían agradecerle lo que había hecho por ellos. Le contaron que ahora les iba extraordinariamente bien y le preguntaron qué tal le iba a ella.
    La muchacha dijo que a ella también le iba bastante bien y que tenía todo lo que deseaba. No sé muy bien qué más les contó, pero me da la impresión de que no les dio todos los detalles.
    Por la tarde, después de comer, ocurrió lo que el oso le había dicho: la madre quiso hablar con su hija a solas en la alcoba. Pero la muchacha, que recordaba las palabras del oso, no quiso ir con ella y dijo:
    -Oh, lo que tengamos que hablar podemos hablarlo también aquí. No sé cómo ocurrió, pero el caso es que la madre al final la convenció y entonces ella tuvo que contarle todo lo que sabía. Le contó también que, por las noches, cuando
    apagaba la luz, llegaba siempre alguien y se acostaba a su lado en la cama. Pero que nunca podía ver quién era, porque antes del amanecer se volvía a marchar; le dijo que se sentía afligida, que le gustaría mucho verle, ya que, al estar siempre tan sola, los días se le hacían muy largos.
    -¿Quién sabe? Seguro que el que duerme contigo es un trol -dijo la madre-. Pero si quieres seguir mi consejo, levántate en mitad de la noche, cuando esté dormido, enciende una vela y obsérvale. Pero ten cuidado no le vayas a derramar encima una gota de cera.
    Por la tarde el oso volvió a recoger a la muchacha. Cuando ya llevaban un buen trecho, le preguntó si había ocurrido lo que él había dicho.
    -Sí -dijo la muchacha, incapaz de negarlo.
    -Si piensas seguir el consejo de tu madre -dijo el oso-, te harás muy desgraciada, me harás muy desgraciado a mí y se acabará la amistad entre nosotros.
    Ella dijo que no pensaba seguir el consejo de su madre.
    Cuando llegaron al palacio y la muchacha se acostó, ocurrió lo mismo de siempre: alguien llegó y se echó a su lado. Pero por la noche, cuando ella oyó que estaba durmiendo, se levantó, encendió una vela y entonces vio acostado en
    la cama al príncipe más bello que nadie pudiera ver. Se enamoró tanto de él que quiso besarle en el acto. Pero entonces, sin darse cuenta, derramó tres gotas de
    cera hirviendo sobre su camisa y el príncipe se despertó.
    -¿Qué has hecho? -exclamó al abrir los ojos-. Ahora tanto tú como yo seremos desgraciados. Si hubieras resistido solamente un año, me habrías salvado; mi madrastra me ha hechizado y por eso durante el día soy un oso y por la noche una persona. Pero ahora lo nuestro se ha acabado, pues tengo que abandonarte y
    volver de nuevo con ella. Vive en un palacio que está al este del sol y al oeste de la luna; allí tendré que casarme con una princesa que tiene una nariz que mide tres varas.
    La muchacha empezó a llorar y a lamentarse; pero ya era demasiado tarde, pues él tenía que irse. Le preguntó si podía viajar con él, pero él le contestó que eso era imposible.
    -¿No puedes decirme entonces por dónde se va para que vaya a buscarte?
    -preguntó ella-. Porque eso sí me estará permitido, ¿no?
    -Sí, eso sí puedes hacerlo -dijo él-, pero no hay ningún camino que lleve hasta
    allí. El palacio está al este del sol y al oeste de la luna; nunca podrás llegar hasta allí.
    Por la mañana, cuando se despertó, tanto el príncipe como el palacio habían desaparecido. Se encontró tendida en el suelo, en medio de un denso y tenebroso bosque, con sus viejos harapos. A su lado estaba el mismo hatillo con el que
    había salido de su casa. Cuando terminó de quitarse el sueño de encima a base de frotarse los ojos y se había hartado de llorar, se puso en marcha; caminó durante muchos días hasta que, finalmente, llegó a una gran montaña. Al pie de
    la montaña había una vieja mujer que estaba jugando con una manzana de oro.
    La muchacha le preguntó si sabía el camino para llegar hasta el príncipe que vivía con su madrastra en un palacio situado al este del sol y al oeste de la luna y que se tenía que casar con una princesa con una nariz que medía tres varas.
    -¿De qué le conoces? -preguntó la mujer-. ¿Eres acaso la muchacha con la que él se quería casar?
    La muchacha dijo que sí, que era ella.
    -¡Vaya! ¡Así que eres tú! -dijo la mujer-. Sí, hija mía -siguió diciendo-, me gustaría ayudarte, pero lo único que sé del palacio es que está al este del sol y al oeste de la luna y que probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te voy a
    prestar mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa.
    Toma, coge esta manzana de oro; quizá te sea útil.
    La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante mucho, mucho tiempo.
    Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer con una devanadera de oro. La muchacha le preguntó si le podía decir por dónde se iba al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero ella, como la mujer
    anterior, dijo que lo único que sabía del palacio era que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
    -Y probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Toma, llévate esta devanadera de oro; quizá te sea útil. La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante muchos días y muchas semanas. Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer tejiendo una falda de oro. La muchacha volvió a preguntar por el príncipe y por el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
    -¿Eres tú la muchacha con la que quería casarse el príncipe? -preguntó la mujer.
    -Sí -dijo la muchacha.
    Pero la mujer no conocía el camino mejor que las dos anteriores.
    -Al este del sol y al oeste de la luna está el palacio -dijo-, y probablemente
    nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; con él podrás viajar hasta el viento del Este; a lo mejor él te puede indicar el camino. Cuando llegues a él,
    golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Y toma, llévate esta falda de oro; quizá te sea útil.
    Cabalgó durante mucho tiempo, hasta que por fin llegó ante el viento del Este.
    Preguntó una vez más si le podía decir cómo llegar hasta el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
    -Sí, me parece haber oído hablar del príncipe y también del palacio -dijo el
    viento del Este-, pero no te puedo indicar el camino porque nunca he soplado hasta tan lejos. Te llevaré hasta mi hermano, el viento del Oeste; a lo mejor él lo
    sabe, pues es mucho más fuerte que yo. No tienes más que sentarte sobre mi espalda y te llevaré hasta allí.
    La muchacha se sentó sobre su espalda y se pusieron en marcha.
    Cuando llegaron ante el viento del Oeste, el viento del Este le contó que había traído consigo a una muchacha con la que quería casarse el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, y le preguntó si él
    conocía el camino.
    -No -repuso el viento del Oeste-, tan lejos nunca he soplado. Pero, si quieres -le dijo a la muchacha-, te puedes sentar sobre mi espalda y te llevaré hasta el viento del Sur; a lo mejor él te lo puede decir, pues es mucho más fuerte que yo
    y sopla y resopla por todas partes.
    La muchacha se sentó sobre su espalda; no había pasado mucho tiempo cuando llegaron ante el viento del Sur.
    Cuando llegaron, el viento del Oeste le preguntó si él conocía el camino para ir al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, pues la muchacha que había llevado consigo quería casarse con el príncipe.
    -Ah, ¿sí? -dijo el viento del Sur, que tampoco conocía el camino-. A lo largo de mi vida he soplado por todas partes -dijo-, pero tan lejos no he llegado nunca.
    Pero, si lo deseas -le dijo a la muchacha-, te llevaré hasta mi hermano, el viento del Norte; él es el más viejo y fuerte de todos nosotros, así que si él no te puede indicar el camino, jamás lo averiguarás.
    La muchacha tuvo que sentarse sobre su espalda, y se marcharon de allí de tal forma que tembló la tierra.
    No tardaron mucho en llegar ante el viento del Norte, pero era tan violento e impetuoso que ya desde lejos les lanzó de un soplo un montón de nieve y hielo a la cara.
    -¿Qué queréis? -les gritó de tal modo que les entraron escalofríos.
    -Oh, no tienes por qué enfurecerte así con nosotros -dijo el viento del Sur-, pues soy yo, tu hermano, y ésta es la muchacha con la que quiere casarse el príncipe
    que vive en el palacio que hay al este del sol y al oeste de la luna; a ella le gustaría preguntarte si conoces aquel lugar.
    -Sí, sé muy bien dónde está -dijo el viento del Norte-. Una vez soplé una hoja de álamo temblón hasta allí. Pero me cansé tanto que durante muchos días no pude
    volver a soplar. Aun así, si quieres ir hasta allí a toda costa -le dijo a la muchacha- y no te da miedo, te montaré sobre mi espalda y veré si puedo llevarte.
    La muchacha dijo que sí, que quería y tenía que llegar hasta allí si es que había alguna manera de conseguirlo, y que no le daba en absoluto miedo, por muy mal que lo fuera a pasar.
    -Entonces tendrás que pasar aquí la noche -dijo el viento del Norte-, pues si queremos llegar hasta allí tenemos que tener todo el día por delante.
    Al día siguiente, por la mañana, el viento del Norte la despertó, se infló, se hizo tan grande y fuerte que daba miedo y recorrieron los aires como si tuvieran que
    ir al fin del mundo. Estalló entonces una tormenta tan violenta que derribó pueblos y bosques enteros y, al pasar sobre el mar, naufragaron barcos a
    centenares. Siguieron avanzando y avanzando sobre el agua, tan lejos que ningún ser humano puede siquiera imaginarse la distancia. El viento del Norte fue quedándose cada vez más y más débil; llegó un momento que estaba tan
    débil que casi no podía ya soplar; se fue hundiendo cada vez más y más, y al final iba ya tan bajo que las olas le golpeaban en los talones.
    -¿Tienes miedo? -le preguntó a la muchacha.
    -No, en absoluto -dijo ella.
    Ya no estaban lejos de tierra, así que al viento del Norte le quedaron aún las fuerzas justas para llevarla hasta la playa que había bajo las ventanas del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero se quedó tan exhausto y
    agotado que tuvo que descansar durante muchos días antes de poder regresar a casa.
    A la mañana siguiente, la muchacha se sentó bajo las ventanas del palacio y se puso a jugar con la manzana de oro. Lo primero que vio fue a la princesa nariguda con la que se iba a casar el príncipe.
    -¿Qué quieres por tu manzana de oro? -le preguntó a la muchacha cuando abrió la ventana.
    -No la vendo ni por oro ni por dinero -dijo la muchacha.
    -Si no la quieres vender ni por oro ni por dinero, ¿qué quieres entonces por ella?
    -dijo la princesa-. Te daré lo que me pidas.
    -Pues entonces..., si se me permite dormir una noche con el príncipe, será tuya - dijo la muchacha.
    -Sí, puedes hacerlo si quieres -dijo la princesa llevándose la manzana de oro.
    Pero cuando la muchacha entró en la alcoba del príncipe, éste estaba profundamente dormido. Le llamó y le sacudió, lloró y se lamentó, pero no pudo despertarle. Cuando amaneció, llegó la princesa de la larga nariz y la echó de allí.
    Durante el resto del día, la muchacha volvió a sentarse de nuevo bajo las ventanas del palacio y se puso a devanar hilo en su devanadera de oro. Entonces
    ocurrió lo mismo que el día anterior. La princesa le preguntó qué quería por la devanadera. La muchacha le contestó que no la vendería ni por oro ni por dinero, pero que si le permitía dormir otra noche con el príncipe, la devanadera sería suya. La princesa dijo inmediatamente que sí y se llevó la devanadera de oro. Pero cuando la muchacha subió, el príncipe estaba otra vez profundamente
    dormido. Y por más que le llamó y le sacudió, por más que lloró y se lamentó, no consiguió despertarle. En cuanto amaneció, llegó la princesa de la larga nariz
    y la echó de allí.
    Ese día la muchacha se sentó con su falda de oro bajo las ventanas y se puso a tejer. Cuando la princesa de la larga nariz vio la falda, también quiso tenerla.
    Abrió la ventana y le preguntó a la muchacha qué quería por su falda de oro.
    Como las dos veces anteriores, la muchacha dijo que no la vendía ni por oro ni por dinero, pero que si la princesa le permitía dormir otra noche con el príncipe, sería suya. La princesa dijo que sí, que podía hacerlo si quería y se llevó la falda de oro. Pero unos cristianos que estaban cautivos en el palacio, encerrados en una cámara contigua a la del príncipe, habían oído durante dos noches llamadas y llantos muy lastimeros de una mujer, así que por la mañana se lo contaron al príncipe. Cuando por la noche llegó la princesa con la sopa que el príncipe solía tomar antes de irse a la cama, hizo ver que se la tomaba, pero lo que realmente
    hizo fue tirarla, pues sospechaba que la princesa había echado un somnífero en la sopa.
    Cuando por la noche la muchacha entró en la alcoba, el príncipe estaba todavía despierto y se alegró muchísimo de volver a verla. Le pidió que le contara cómo le había ido y cómo había conseguido llegar al palacio. Cuando ella se lo contó todo, él dijo:
    -Has llegado justo a tiempo, pues mañana debe celebrarse mi boda con la princesa. No siento ningún aprecio por ella ni por su larga nariz; tú eres la única a quien quiero. Por eso diré que deseo poner a prueba lo que sabe hacer mi prometida y exigiré a la princesa que lave las tres manchas de cera que tengo en la camisa. Ella probablemente aceptará, pero sé que no lo conseguirá, pues las manchas son las gotas que tu mano derramó y sólo manos cristianas pueden
    quitarlas, no las manos de alguien como ella que pertenece a la chusma de los trols. Entonces, diré que no quiero más novia que la que sea capaz de quitarlas y, una vez que lo hayan intentado todas y ninguna lo haya conseguido, te llamaré a ti para que lo intentes.
    Luego pasaron la noche juntos, alegres y satisfechos.
    Cuando al día siguiente iba a celebrarse la boda, el príncipe dijo:
    -Antes me gustaría ver de lo que es capaz mi prometida. La madrastra dijo que aquello le parecía justo.
    -Tengo una camisa muy bonita -dijo el príncipe- que me gustaría llevar puesta en la boda. Pero me han caído tres manchas y quisiera que la lavaran y me las quitaran. Por eso he decidido que sólo me casaré con la mujer que lo consiga.
    Las mujeres dijeron que bah, que eso no era nada del otro mundo, asi que se pusieron manos a la obra. La princesa de la larga nariz empezó a lavar lo mejor que pudo; pero cuanto más lavaba, más grandes y más negras se hacían las
    manchas.
    -Bah, no tienes ni idea -dijo su vieja madre trol-. ¡Trae aquí!
    Pero cuando empezó a lavar la camisa, ésta se fue poniendo cada vez más negra, y cuanto más la lavó y la restregó, más grandes se hicieron las manchas.
    Entonces tuvieron que lavar la camisa las demás mujeres trol, pero cuanto más la lavaban, peor aspecto tenía, y al final parecía que la camisa entera hubiera
    estado colgando de una chimenea.
    -¡Bah, ninguna de vosotras sirve para nada! -dijo el príncipe-. Bajo aquella ventana hay una pobre mendiga. Estoy seguro de que ella sabe lavar mejor que todas vosotras juntas. ¡Pasa, muchacha! -gritó.
    Cuando la muchacha entró, él le preguntó:
    -¿Serías capaz de lavar esta camisa y dejarla limpia?
    -No lo sé -dijo la muchacha-, pero creo que sí. La muchacha cogió entonces la camisa que, entre sus manos, quedó tan blanca como nieve recién caída, o más blanca incluso.
    -¡Sí, a ti es a quien quiero! -dijo el príncipe.
    La vieja mujer trol se puso entonces tan furiosa que reventó. Creo que la princesa de la larga nariz y toda la demás chusma de trols también reventaron, pues jamás he vuelto a oír nada de ellos. El príncipe y su prometida pusieron
    entonces en libertad a todos los cristianos que estaban cautivos en el palacio.
    Después, cogieron todo el oro y toda la plata que fueron capaces de llevarse y se marcharon muy lejos del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
    No sé cómo siguieron y hasta dónde llegaron. Pero si son los que yo creo que son, no están nada lejos de aquí.

    martes, 10 de agosto de 2010

    El Golem


    Un golem es, en el folclore medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada. En hebreo moderno, la palabra «golem» significa «tonto» o incluso «estúpido». El nombre parece derivar de la palabra gelem, que significa «materia en bruto». Scholem, en su obra "La Cábala y su Simbolismo", escribe que el Golem es una figura que cada treinta y tres años aparece en la ventana de un cuarto sin acceso en el gueto de Praga.

    La palabra golem también se usa en la Biblia (Salmos 139:16) y en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embriónica o incompleta. Similarmente, los golems se usan primordialmente en la actualidad en metáforas, bien como seres descerebrados o como entidades al servicio del hombre bajo condiciones controladas pero enemigos de éste en otras. De forma parecida, es un insulto coloquial en yidis, sinónimo de patoso o retrasado.


    Historia

    Las primeras historias sobre golems se remontan al principio del judaísmo. Los golems fueron creados por personas creyentes y cercanas aDios. Como Adán, el golem es creado a partir del barro, insuflándole después una chispa divina que le da la vida, de manera que la creación de Adán es descrita en un principio como la creación de un golem. Desde este punto de vista, algunas personas con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios podrían adquirir algo de su sabíduría y poder. Uno de esos poderes sería el de la creación de vida. Sin embargo, no importa qué grado de santidad tuviera una persona, el ser que creara sería solamente una sombra del creado por Dios, ya que, entre otras cosas, el golem carece de alma.

    La incapacidad principal del golem era la incapacidad de hablar. Tener un golem era visto como el símbolo final de la sabiduría y la santidad, y hay muchos relatos de golems conectados con rabinos ilustres durante toda la Edad Media.

    Otros atributos del golem fueron añadidos gradualmente con el tiempo. En muchas historias el Golem lleva grabadas palabras mágicas o religiosas que le dan vida y lo mantienen animado. Grabando los Nombres de Dios en su frente, (o en una tablilla de arcilla bajo su lengua), o bien la palabra Emet ('verdad' en lengua hebrea) en su frente son algunos ejemplos frecuentes. Al borrar la primera letra de 'Emet' para formar 'Met' ('muerte' en hebreo) el golem podía ser destruido o desactivado, quedando solamente su cuerpo de barro inerte.

    El relato más famoso relativo a un golem involucra a Rabbi Judah Loew, el Maharal de Praga, un rabino de siglo XVI. Se le atribuye haber creado un golem para defender el gueto de Praga de Josefov de los ataques antisemitas, así como para atender el mantenimiento de la sinagoga. La historia del Golem aparecía en la letra en 1847 en una colección de relatos judíos, publicado por Wolf Pascheles de Praga. Aproximadamente sesenta años después, una descripción ficticia fue publicada por Yudl Rosenberg (1909). De acuerdo con la leyenda, el Golem podía estar hecho de la arcilla de la orilla del río Vltava (río Moldava) en Praga. Tras realizar los rituales prescritos, el Rabbi desarrolló el Golem y lo hizo venir a la vida recitando los conjuros especiales en hebreo. Cuando el Golem de Rabbi Loew creció más, también se puso más violento y empezó a matar a las personas y difundir el miedo. Al Rabino Loew le prometieron que la violencia en contra de los judíos pararía si el Golem era destruido. El Rabbi estuvo de acuerdo. Para destruir el Golem, eliminó la primera letra de la palabra "Emet" de la frente del golem para formar la palabra hebrea que representaba la muerte. (De acuerdo con la leyenda, los restos del Golem de Praga están guardados en un ataúd en el ático del Altneuschul en Praga, y puede ser devuelto a la vida de nuevo si es necesario.)

    La existencia de un golem es a veces algo con pros y contras. Los Golems no son inteligentes - si se les ordena llevar a cabo una tarea, tardarán y las instrucciones las ejecutarán literalmente.

    A este respecto, es famosa una anécdota, según la cual la mujer del rabino le pidió al golem que fuera "al río a sacar agua" a lo que el golem accedió de la manera más literal posible; fue al río, y comenzó a sacar agua del mismo hasta que inundó la ciudad.

    A finales del s. XIX, el grueso de la sociedad europea adoptó la figura del golem. Notoria es la novela de Gustav Meyrink, El Golem, de 1915, basada en los relatos sobre el golem creado por el Rabino Judah Low ben Bezalel. Este libro inspiró una serie de clásicos expresionistas del cine mudo, entre los que destaca la serie El Golem, de la que es especialmente famosa "El Golem: cómo vino al mundo" (también estrenada como "El Golem", 1920, EE.UU. 1921). Otro famoso tratado de la misma época es "EL Golem", "poema dramático en ocho secciones" en yidis de H.Leivick, 1921.

    Estas historias atestiguaron un cambio dramático del golem, por ello el golem pasa a convertirse en la creación de místicos ambiciosos que inevitablemente serían castigados por su blasfemia, muy similares al Frankenstein de Mary Shelley y al homúnculo alquímico. Algunos han considerado al golem como precursor de los androides.

    En el año 2005 la historia del golem regresó a sus raíces judías en una nueva tira cómica del periódico israelí Yedioth Ahronoth que lo presentaba como un superhéroe patrocinado por el gobierno que protege a Israel de sus problemas internos y existenciales.

    A fines del año 2009 el escritor Edgar Brau, de Argentina, concluyó una larga historia fantástica titulada El Proyecto Golem, cuya trama, situada en un futuro impreciso, narra el proceso por medio del cual los israelíes consiguen resucitar, con su memoria intacta, a Adolf Hitler.


    Cultura popular

    Probablemente como resultado de la popularidad del trabajo de Meyrink, el concepto del golem puede encontrarse en varios elementos de la cultura popular. Algunos ejemplos:

    • El Golem es una película de cine mudo, de 1915; dirigida por Henrik Galeen & Paul Wegener, trata de un Golem de arcilla creado por un hechicero ancestral, que toma vida en la Praga medieval. Está basada en la novela de Gustav Meyrink.
    • La novela de ciencia ficción Kiln People escrita por David Brin en la cual existen duplicados de gente que han sido creados con barro.
    • Existen diversas agrupaciones musicales que han hecho suyo el nombre, destacándose la banda americana Kiln People, que cultiva música de raíz klezmer, y los chilenos Golem (banda), que presentan un pop rock alternativo de influencias británicas. Existe además una banda alemana de heavy metal y destacado renombre, entre otras.
    • La Novela Feet of Clay de Terry Pratchett también evidencia golems en un rol prominente, manejando a modo de sátira muchos clichés del genero golem.
    • La novela de Pete Hamill Snow in August transcurre en la vida del Golem Mahral, que podría o no haber revivido en el último capítulo de dicho libro.
    • En los personajes de Pokémon aparece un monstruo de nombre Golem en la versión inglesa, una forma evolucionada del PokémonGeodude. Golem se presenta con un cuerpo de roca, brazos, piernas y cabeza. También los Pokémon Regirock, Regice, Registeel y Regigigas representan golems hechos de distintos materiales.
    • En la serie Sobrenatural (supernatural), capítulo 1x17 Casa infernal - Hell House, aparece la figura de un golem, que ha cobrado vida por culpa de una leyenda urbana (y un símbolo tibetano que canaliza energías) y sus acciones responden a lo que la gente cree en la leyenda.
    • El 16 de febrero de 1997, el programa de televisión The X-Files (Expediente X) transmitieron el episodio Kaddish en el cual el "Monstruo de la semana" era un Golem. El título del episodio es "Kaddish", y cuenta la historia de una joven mujer Hasidic quien crea un Golem para vengar el asesinato de su esposo a manos de neo-nazis.
    • En las serie de anime RahXephon aparecen gigantes llamados "Dolems". Este nombre suena como una mezcla solmizated de las notas "Do-Re-Mi" y de la palabra "Golem"
    • En la serie The Simpsons episodio "Treehouse of Horror XVII", en la parte "You Gotta Know When To Golem", Bart da vida al Golem y le obliga a seguir sus horribles órdenes.
    • en la serie de anime Zero no tsukaima aparecen monstruos gigantes de tierra creados por una villana
    • El Golem (El Otro, El Mismo; Jorge Luis Borges) Poema inspirado en el mito del golem de Praga.
    • En la novela Chulas y Famosas de Terenci Moix, el Golem es una figura de barro a semejanza de la humana, que persigue a los hombres jóvenes con "dudosas" intenciones.
    • En el manga Shaman King, Redseb and Seyram Munzer tienen un medium mecanizado tipo golem. Este tiene en el pecho el Árbol de Sephiroth como parte de su mecanismo.
    • En el manga y anime japonés "Saint Seiya" específicamente en la saga de hades, un espectro de hades es asignado con la armadura de Golem, Rock de Golem.
    • En el juego para Súper Nintendo Final Fantasy V Golem es una criatura de piedra que se les une al equipo conformado por Leena, Faris, Galuf y Bartz en agradecimiento por salvarlo de unos dinosaurios zombies en la montaña donde crece la planta que sirve de antídoto para salvar al dragón de Kara. Su poder es formar una barrera temporal de piedra y funciona si se le invoca con el "caller". Además durante el juego aparecen diversidad de Golem los cuales atacan a los protagonistas.
    • En la serie de anime japonesa "Monster Ranger" uno de los personajes principales recibe el nombre de golem, es también un golem de piedra que le teme al agua.
    • En la serie animada Gargolas (Gargoyles), un descendiente del original rabino de Praga vuelve al Golem a la vida para protegerla en los tiempos modernos.
    • En la serie Pokémon, hay un pokémon llamado Geodude, que posteriormente evoluciona a Graveler y de éste a Golem (es de tipo roca/tierra).
    • En el cómic El joven Lovecraft, el protagonista crea un golem a su semejanza para que le haga los deberes, pero no consigue entenderse bien con él.
    • En el DVD de la 2ª temporada de Muchachada Nui el disco nº 2 está presentado por un golem con acento manchego.
    • En el anime Digimon Frontier, el villano Gromblemon crea un ser llamado Golemon, usando la magia.
    • En la novela de fantasía "Memorias de Idhún", de Laura Gallego García, aparece un golem que toma la forma del enemigo de uno de los protagonistas, para que pueda luchar contra él y revivir su espada.
    • En el juego de PC, Diablo II, desarrollado por Blizzard, los personajes de tipo "Nigromante" pueden crear distintas clases de Golem, basadas en parte en las clases existentes en el juego de rol "Dungeons & Dragons". Se comienza por el clásico Golem de arcilla, y se obtiene la capacidad de hacer de carne muerta, objetos de metal y finalmente de fuego, conforme se avanza en el juego.
    • En el anime Soul Eater, los Golems son criaturas creadas por los habitantes de un pueblo, utilizando barro y unos guantes gigantes que concentran las vibraciones del alma del usuario,. Los Golems son usados también en la batalla, controlados por la organización Arachnophobia, dirigida por la bruja Arachne.

    El poema de Jorge Luis Borges "El Golem"

    El escritor argentino Jorge Luis Borges, en su obra "El otro, el mismo", escribe un poema titulado "El Golem" donde se refiere al mito.Borges como palabras preliminares a la lectura del poema declaró que "el Golem es al rabino que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta". A partir de la cita del Crátilo de Platón de que "el nombre es arquetipo de la cosa", abarca el tema de la Cábala y el mito en cuestión. No es cuestión a tratar aquí la interpretación que podamos darle al poema, baste con citar un fragmento:

    No a la manera de otras que una vaga
    sombra insinúan en la vaga historia,
    aún está verde y viva la memoria
    de Judá León, que era rabino en Praga.


    Sediento de saber lo que Dios sabe,
    Judá León se dió a permutaciones
    de letras y a complejas variaciones
    y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,


    la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
    sobre un muñeco que con torpes manos
    labró, para enseñarle los arcanos
    de las Letras, del Tiempo y del Espacio.

    Paradójicamente en el poema la única rima que encontró Borges para la palabra Golem fue Scholem.

    El cabalista que oficio de numen
    a la vasta criatura apodó Golem
    esas verdades las refiere Sholem
    en un docto lugar de su volumen

    y más adelante en el poema

    Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
    ya que a su paso el gato del rabino
    se escondía. (Ese gato no está en Scholem
    pero, a través del tiempo, lo adivino.)

    Por otro lado Borges asegura haber aprendido alemán leyendo, con la ayuda de un diccionario, Der Golem de Gustav Meyrink.

    Los Golems en juegos de rol

    El concepto de golem, autómatas y simulacros similares es popular, y a través de la historia del pasatiempo del juego de rol, ha dado nacimiento a una gran cantidad de variaciones a través del tiempo.

    El concepto de los golems fue alguna vez parte de las fuentes mitológicas adoptadas en el juego Dungeons & Dragons (Dragones y Mazmorras o Calabozos & Dragones) durante su creación, y ha sido un juego popular a través de la historia del rol. Para diferenciarlos de los Golems de la leyenda, los golems en D&D (y otros juegos de patrón similar como Nethack) tienen diferentes apariencias dependiendo del material del que han sido construidos, incluyendo:

    • Golems de Arcilla (más parecidos al original)
    • Golems de Carne (creaciones abominables parecidos al monstruo de Frankenstein)
    • Golems de Acero (los más poderosos teniendo en cuenta el material)
    • Golems de Piedra (estatuas animadas)
    • Golems de Fuego (criaturas ardientes)
    • Golems de rayo (criaturas electrificadas)

    Una mala asociación común
    Gollum es adicionalmente el nombre de una torcida criatura en la ficticia Tierra Media de J. R. R. Tolkien ; el nombre, sin embargo, no es derivado de golem, como podría parecerlo por el extraño y monocorde sonido que hace la criatura. Es un poblador "natural" (aunque bastante deformado) de la Tierra Media. Su nombre se deriva del ruido gutural que emite al toser.