domingo, 29 de agosto de 2010

Al este del sol y al oeste de la luna

Érase una vez un pobre carretero que tenía muchos hijos. Era tan pobre que no podía alimentarlos bien ni darles ropa que ponerse en el cuerpo; sin e
mbargo,
todos los hijos eran muy guapos, aunque la más guapa de todas era la hija pequeña.
Un jueves por la tarde, a finales de otoño, hacía un tiempo horrible. Estaba oscurísimo y además llovía y tronaba de tal forma que las ventanas crujían. Toda la familia estaba sentada alrededor de la chimenea, ocupado cada uno con su
trabajo. De repente llamaron tres veces a la ventana. El hombre salió a ver quién era, y entonces vio a un gran oso blanco.
-Buenas tardes -dijo el oso.
-Buenas tardes -dijo el hombre.
-Si me das por esposa a tu hija menor -dijo el oso-, te haré tan rico como pobre eres ahora.
Al hombre no le pareció mala idea, pero dijo que primero lo tenía que consultar con su hija; entró y contó que fuera había un gran oso blanco que le había prometido que le haría tan rico como pobre era ahora si le daba por esposa a su
hija menor. La muchacha, sin embargo, dijo que no, que no quería saber nada de aquel trato.
El hombre volvió a salir, habló amistosamente con el oso y le dijo que volviera el jueves siguiente por la tarde, que entretanto ya vería qué podía hacer.
Intentaron convencer entonces a la muchacha y le contaron de todas las maneras posibles lo ricos que podían llegar a ser y lo bien que le iría también a ella.
Finalmente ella accedió, lavó el par de harapos que tenía, se arregló lo mejor que pudo y se preparó para el viaje.
Cuando el jueves siguiente, por la tarde, llegó el oso, le dijeron que sí, que todo estaba en orden. La muchacha se montó con su hatillo sobre su lomo y se
pusieron en marcha. Una vez recorrido un buen trecho, el oso le preguntó:
-¿Tienes miedo?
Ella contestó que no, que no tenía ningún miedo.
-Sujétate siempre muy fuerte a mi pelambre -dijo el oso-; así no te pasará nada.
Ella cabalgó por todo el mundo a lomos del oso hasta muy, muy lejos; tan lejos que nadie podría decir realmente cuánto. Finalmente llegaron a una gran roca. El oso llamó con los nudillos y a continuación se abrió una puerta, a través de la
cual llegaron a un gran palacio. Dentro había muchas habitaciones iluminadas con lámparas, y todo resplandecía por el oro y la plata; también disponía de un gran salón, en el cual había una mesa sobre la que se habían servido los más deliciosos platos. El oso le dio entonces una campanilla de plata y le dijo que cuando deseara cualquier cosa, no tenía más que tocar la campanilla y enseguida la tendría.
La muchacha comió y bebió. Como ya había anochecido, sintió sueño y quiso irse a la cama. Entonces tocó la campanilla... e inmediatamente se abrió una
cámara en la que había una cama hecha, la más bella que pudiera uno desear, con almohadones de seda y cortinas con flecos de oro, y todo lo que había en la cámara era asimismo de oro y plata. Pero en cuanto apagó la luz y se metió en la
cama, llegó una persona que se acostó a su lado. Y así sucedió todas las noches.
Ella no podía ver quién era, porque siempre llegaba después de que hubiera apagado la luz y se volvía a ir antes de que hubiera amanecido.
Así vivió una temporada tranquila y contenta. Pero pronto le entró tal nostalgia por volver a ver a sus padres y a sus hermanos que se volvió muy taciturna y
triste. Entonces, un día el oso le preguntó qué le pasaba que estaba siempre tan taciturna y ensimismada.
-Ay -dijo ella-, es que me aburro tanto aquí en el palacio... Me gustaría muchísimo volver a ver a mis padres y a mis hermanos.
-Eso se puede arreglar -dijo el oso-, pero tienes que prometerme que jamás hablarás con tu madre a solas, sino cuando los demás estén presentes.
Seguramente te querrá coger de la mano y llevarte a una alcoba para hablar contigo a solas, pero no consientas, pues si lo haces me harás muy desgraciado y
te harás muy desgraciada a ti misma.
La muchacha dijo que no, que tendría cuidado.
El domingo se presentó el oso y dijo que había llegado el momento de emprender el viaje hacia la casa de sus padres. Ella se montó a lomos del oso y se pusieron en marcha. Cuando ya llevaban mucho tiempo viajando, llegaron a
un gran palacio blanco, del que sus hermanos entraban y salían y en el cual jugaban. Todo era tan hermoso y maravilloso que daba gusto verlo.
-¡Allí viven tus padres! -dijo el oso-. No te olvides de lo que te he dicho, pues de lo contrario serás muy desgraciada y me harás muy desgraciado a mí. La muchacha dijo que no, que no lo olvidaría, y se dirigió hacia el palacio. El oso, sin embargo, regresó.
Cuando los padres volvieron a ver a su hija, se alegraron tanto que es imposible describirlo. Nunca podrían agradecerle lo que había hecho por ellos. Le contaron que ahora les iba extraordinariamente bien y le preguntaron qué tal le iba a ella.
La muchacha dijo que a ella también le iba bastante bien y que tenía todo lo que deseaba. No sé muy bien qué más les contó, pero me da la impresión de que no les dio todos los detalles.
Por la tarde, después de comer, ocurrió lo que el oso le había dicho: la madre quiso hablar con su hija a solas en la alcoba. Pero la muchacha, que recordaba las palabras del oso, no quiso ir con ella y dijo:
-Oh, lo que tengamos que hablar podemos hablarlo también aquí. No sé cómo ocurrió, pero el caso es que la madre al final la convenció y entonces ella tuvo que contarle todo lo que sabía. Le contó también que, por las noches, cuando
apagaba la luz, llegaba siempre alguien y se acostaba a su lado en la cama. Pero que nunca podía ver quién era, porque antes del amanecer se volvía a marchar; le dijo que se sentía afligida, que le gustaría mucho verle, ya que, al estar siempre tan sola, los días se le hacían muy largos.
-¿Quién sabe? Seguro que el que duerme contigo es un trol -dijo la madre-. Pero si quieres seguir mi consejo, levántate en mitad de la noche, cuando esté dormido, enciende una vela y obsérvale. Pero ten cuidado no le vayas a derramar encima una gota de cera.
Por la tarde el oso volvió a recoger a la muchacha. Cuando ya llevaban un buen trecho, le preguntó si había ocurrido lo que él había dicho.
-Sí -dijo la muchacha, incapaz de negarlo.
-Si piensas seguir el consejo de tu madre -dijo el oso-, te harás muy desgraciada, me harás muy desgraciado a mí y se acabará la amistad entre nosotros.
Ella dijo que no pensaba seguir el consejo de su madre.
Cuando llegaron al palacio y la muchacha se acostó, ocurrió lo mismo de siempre: alguien llegó y se echó a su lado. Pero por la noche, cuando ella oyó que estaba durmiendo, se levantó, encendió una vela y entonces vio acostado en
la cama al príncipe más bello que nadie pudiera ver. Se enamoró tanto de él que quiso besarle en el acto. Pero entonces, sin darse cuenta, derramó tres gotas de
cera hirviendo sobre su camisa y el príncipe se despertó.
-¿Qué has hecho? -exclamó al abrir los ojos-. Ahora tanto tú como yo seremos desgraciados. Si hubieras resistido solamente un año, me habrías salvado; mi madrastra me ha hechizado y por eso durante el día soy un oso y por la noche una persona. Pero ahora lo nuestro se ha acabado, pues tengo que abandonarte y
volver de nuevo con ella. Vive en un palacio que está al este del sol y al oeste de la luna; allí tendré que casarme con una princesa que tiene una nariz que mide tres varas.
La muchacha empezó a llorar y a lamentarse; pero ya era demasiado tarde, pues él tenía que irse. Le preguntó si podía viajar con él, pero él le contestó que eso era imposible.
-¿No puedes decirme entonces por dónde se va para que vaya a buscarte?
-preguntó ella-. Porque eso sí me estará permitido, ¿no?
-Sí, eso sí puedes hacerlo -dijo él-, pero no hay ningún camino que lleve hasta
allí. El palacio está al este del sol y al oeste de la luna; nunca podrás llegar hasta allí.
Por la mañana, cuando se despertó, tanto el príncipe como el palacio habían desaparecido. Se encontró tendida en el suelo, en medio de un denso y tenebroso bosque, con sus viejos harapos. A su lado estaba el mismo hatillo con el que
había salido de su casa. Cuando terminó de quitarse el sueño de encima a base de frotarse los ojos y se había hartado de llorar, se puso en marcha; caminó durante muchos días hasta que, finalmente, llegó a una gran montaña. Al pie de
la montaña había una vieja mujer que estaba jugando con una manzana de oro.
La muchacha le preguntó si sabía el camino para llegar hasta el príncipe que vivía con su madrastra en un palacio situado al este del sol y al oeste de la luna y que se tenía que casar con una princesa con una nariz que medía tres varas.
-¿De qué le conoces? -preguntó la mujer-. ¿Eres acaso la muchacha con la que él se quería casar?
La muchacha dijo que sí, que era ella.
-¡Vaya! ¡Así que eres tú! -dijo la mujer-. Sí, hija mía -siguió diciendo-, me gustaría ayudarte, pero lo único que sé del palacio es que está al este del sol y al oeste de la luna y que probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te voy a
prestar mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa.
Toma, coge esta manzana de oro; quizá te sea útil.
La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante mucho, mucho tiempo.
Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer con una devanadera de oro. La muchacha le preguntó si le podía decir por dónde se iba al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero ella, como la mujer
anterior, dijo que lo único que sabía del palacio era que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
-Y probablemente nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; en él podrás cabalgar hasta donde vive mi vecina más próxima; a lo mejor ella te puede indicar el camino. Cuando llegues a su casa, golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Toma, llévate esta devanadera de oro; quizá te sea útil. La muchacha se montó en el caballo y cabalgó durante muchos días y muchas semanas. Llegó por fin a otra montaña, a cuyo pie estaba una vieja mujer tejiendo una falda de oro. La muchacha volvió a preguntar por el príncipe y por el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
-¿Eres tú la muchacha con la que quería casarse el príncipe? -preguntó la mujer.
-Sí -dijo la muchacha.
Pero la mujer no conocía el camino mejor que las dos anteriores.
-Al este del sol y al oeste de la luna está el palacio -dijo-, y probablemente
nunca conseguirás llegar. Pero te prestaré mi caballo; con él podrás viajar hasta el viento del Este; a lo mejor él te puede indicar el camino. Cuando llegues a él,
golpea al caballo debajo de la oreja izquierda y ordénale que vuelva a casa. Y toma, llévate esta falda de oro; quizá te sea útil.
Cabalgó durante mucho tiempo, hasta que por fin llegó ante el viento del Este.
Preguntó una vez más si le podía decir cómo llegar hasta el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
-Sí, me parece haber oído hablar del príncipe y también del palacio -dijo el
viento del Este-, pero no te puedo indicar el camino porque nunca he soplado hasta tan lejos. Te llevaré hasta mi hermano, el viento del Oeste; a lo mejor él lo
sabe, pues es mucho más fuerte que yo. No tienes más que sentarte sobre mi espalda y te llevaré hasta allí.
La muchacha se sentó sobre su espalda y se pusieron en marcha.
Cuando llegaron ante el viento del Oeste, el viento del Este le contó que había traído consigo a una muchacha con la que quería casarse el príncipe que vivía en el palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, y le preguntó si él
conocía el camino.
-No -repuso el viento del Oeste-, tan lejos nunca he soplado. Pero, si quieres -le dijo a la muchacha-, te puedes sentar sobre mi espalda y te llevaré hasta el viento del Sur; a lo mejor él te lo puede decir, pues es mucho más fuerte que yo
y sopla y resopla por todas partes.
La muchacha se sentó sobre su espalda; no había pasado mucho tiempo cuando llegaron ante el viento del Sur.
Cuando llegaron, el viento del Oeste le preguntó si él conocía el camino para ir al palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna, pues la muchacha que había llevado consigo quería casarse con el príncipe.
-Ah, ¿sí? -dijo el viento del Sur, que tampoco conocía el camino-. A lo largo de mi vida he soplado por todas partes -dijo-, pero tan lejos no he llegado nunca.
Pero, si lo deseas -le dijo a la muchacha-, te llevaré hasta mi hermano, el viento del Norte; él es el más viejo y fuerte de todos nosotros, así que si él no te puede indicar el camino, jamás lo averiguarás.
La muchacha tuvo que sentarse sobre su espalda, y se marcharon de allí de tal forma que tembló la tierra.
No tardaron mucho en llegar ante el viento del Norte, pero era tan violento e impetuoso que ya desde lejos les lanzó de un soplo un montón de nieve y hielo a la cara.
-¿Qué queréis? -les gritó de tal modo que les entraron escalofríos.
-Oh, no tienes por qué enfurecerte así con nosotros -dijo el viento del Sur-, pues soy yo, tu hermano, y ésta es la muchacha con la que quiere casarse el príncipe
que vive en el palacio que hay al este del sol y al oeste de la luna; a ella le gustaría preguntarte si conoces aquel lugar.
-Sí, sé muy bien dónde está -dijo el viento del Norte-. Una vez soplé una hoja de álamo temblón hasta allí. Pero me cansé tanto que durante muchos días no pude
volver a soplar. Aun así, si quieres ir hasta allí a toda costa -le dijo a la muchacha- y no te da miedo, te montaré sobre mi espalda y veré si puedo llevarte.
La muchacha dijo que sí, que quería y tenía que llegar hasta allí si es que había alguna manera de conseguirlo, y que no le daba en absoluto miedo, por muy mal que lo fuera a pasar.
-Entonces tendrás que pasar aquí la noche -dijo el viento del Norte-, pues si queremos llegar hasta allí tenemos que tener todo el día por delante.
Al día siguiente, por la mañana, el viento del Norte la despertó, se infló, se hizo tan grande y fuerte que daba miedo y recorrieron los aires como si tuvieran que
ir al fin del mundo. Estalló entonces una tormenta tan violenta que derribó pueblos y bosques enteros y, al pasar sobre el mar, naufragaron barcos a
centenares. Siguieron avanzando y avanzando sobre el agua, tan lejos que ningún ser humano puede siquiera imaginarse la distancia. El viento del Norte fue quedándose cada vez más y más débil; llegó un momento que estaba tan
débil que casi no podía ya soplar; se fue hundiendo cada vez más y más, y al final iba ya tan bajo que las olas le golpeaban en los talones.
-¿Tienes miedo? -le preguntó a la muchacha.
-No, en absoluto -dijo ella.
Ya no estaban lejos de tierra, así que al viento del Norte le quedaron aún las fuerzas justas para llevarla hasta la playa que había bajo las ventanas del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna. Pero se quedó tan exhausto y
agotado que tuvo que descansar durante muchos días antes de poder regresar a casa.
A la mañana siguiente, la muchacha se sentó bajo las ventanas del palacio y se puso a jugar con la manzana de oro. Lo primero que vio fue a la princesa nariguda con la que se iba a casar el príncipe.
-¿Qué quieres por tu manzana de oro? -le preguntó a la muchacha cuando abrió la ventana.
-No la vendo ni por oro ni por dinero -dijo la muchacha.
-Si no la quieres vender ni por oro ni por dinero, ¿qué quieres entonces por ella?
-dijo la princesa-. Te daré lo que me pidas.
-Pues entonces..., si se me permite dormir una noche con el príncipe, será tuya - dijo la muchacha.
-Sí, puedes hacerlo si quieres -dijo la princesa llevándose la manzana de oro.
Pero cuando la muchacha entró en la alcoba del príncipe, éste estaba profundamente dormido. Le llamó y le sacudió, lloró y se lamentó, pero no pudo despertarle. Cuando amaneció, llegó la princesa de la larga nariz y la echó de allí.
Durante el resto del día, la muchacha volvió a sentarse de nuevo bajo las ventanas del palacio y se puso a devanar hilo en su devanadera de oro. Entonces
ocurrió lo mismo que el día anterior. La princesa le preguntó qué quería por la devanadera. La muchacha le contestó que no la vendería ni por oro ni por dinero, pero que si le permitía dormir otra noche con el príncipe, la devanadera sería suya. La princesa dijo inmediatamente que sí y se llevó la devanadera de oro. Pero cuando la muchacha subió, el príncipe estaba otra vez profundamente
dormido. Y por más que le llamó y le sacudió, por más que lloró y se lamentó, no consiguió despertarle. En cuanto amaneció, llegó la princesa de la larga nariz
y la echó de allí.
Ese día la muchacha se sentó con su falda de oro bajo las ventanas y se puso a tejer. Cuando la princesa de la larga nariz vio la falda, también quiso tenerla.
Abrió la ventana y le preguntó a la muchacha qué quería por su falda de oro.
Como las dos veces anteriores, la muchacha dijo que no la vendía ni por oro ni por dinero, pero que si la princesa le permitía dormir otra noche con el príncipe, sería suya. La princesa dijo que sí, que podía hacerlo si quería y se llevó la falda de oro. Pero unos cristianos que estaban cautivos en el palacio, encerrados en una cámara contigua a la del príncipe, habían oído durante dos noches llamadas y llantos muy lastimeros de una mujer, así que por la mañana se lo contaron al príncipe. Cuando por la noche llegó la princesa con la sopa que el príncipe solía tomar antes de irse a la cama, hizo ver que se la tomaba, pero lo que realmente
hizo fue tirarla, pues sospechaba que la princesa había echado un somnífero en la sopa.
Cuando por la noche la muchacha entró en la alcoba, el príncipe estaba todavía despierto y se alegró muchísimo de volver a verla. Le pidió que le contara cómo le había ido y cómo había conseguido llegar al palacio. Cuando ella se lo contó todo, él dijo:
-Has llegado justo a tiempo, pues mañana debe celebrarse mi boda con la princesa. No siento ningún aprecio por ella ni por su larga nariz; tú eres la única a quien quiero. Por eso diré que deseo poner a prueba lo que sabe hacer mi prometida y exigiré a la princesa que lave las tres manchas de cera que tengo en la camisa. Ella probablemente aceptará, pero sé que no lo conseguirá, pues las manchas son las gotas que tu mano derramó y sólo manos cristianas pueden
quitarlas, no las manos de alguien como ella que pertenece a la chusma de los trols. Entonces, diré que no quiero más novia que la que sea capaz de quitarlas y, una vez que lo hayan intentado todas y ninguna lo haya conseguido, te llamaré a ti para que lo intentes.
Luego pasaron la noche juntos, alegres y satisfechos.
Cuando al día siguiente iba a celebrarse la boda, el príncipe dijo:
-Antes me gustaría ver de lo que es capaz mi prometida. La madrastra dijo que aquello le parecía justo.
-Tengo una camisa muy bonita -dijo el príncipe- que me gustaría llevar puesta en la boda. Pero me han caído tres manchas y quisiera que la lavaran y me las quitaran. Por eso he decidido que sólo me casaré con la mujer que lo consiga.
Las mujeres dijeron que bah, que eso no era nada del otro mundo, asi que se pusieron manos a la obra. La princesa de la larga nariz empezó a lavar lo mejor que pudo; pero cuanto más lavaba, más grandes y más negras se hacían las
manchas.
-Bah, no tienes ni idea -dijo su vieja madre trol-. ¡Trae aquí!
Pero cuando empezó a lavar la camisa, ésta se fue poniendo cada vez más negra, y cuanto más la lavó y la restregó, más grandes se hicieron las manchas.
Entonces tuvieron que lavar la camisa las demás mujeres trol, pero cuanto más la lavaban, peor aspecto tenía, y al final parecía que la camisa entera hubiera
estado colgando de una chimenea.
-¡Bah, ninguna de vosotras sirve para nada! -dijo el príncipe-. Bajo aquella ventana hay una pobre mendiga. Estoy seguro de que ella sabe lavar mejor que todas vosotras juntas. ¡Pasa, muchacha! -gritó.
Cuando la muchacha entró, él le preguntó:
-¿Serías capaz de lavar esta camisa y dejarla limpia?
-No lo sé -dijo la muchacha-, pero creo que sí. La muchacha cogió entonces la camisa que, entre sus manos, quedó tan blanca como nieve recién caída, o más blanca incluso.
-¡Sí, a ti es a quien quiero! -dijo el príncipe.
La vieja mujer trol se puso entonces tan furiosa que reventó. Creo que la princesa de la larga nariz y toda la demás chusma de trols también reventaron, pues jamás he vuelto a oír nada de ellos. El príncipe y su prometida pusieron
entonces en libertad a todos los cristianos que estaban cautivos en el palacio.
Después, cogieron todo el oro y toda la plata que fueron capaces de llevarse y se marcharon muy lejos del palacio que estaba al este del sol y al oeste de la luna.
No sé cómo siguieron y hasta dónde llegaron. Pero si son los que yo creo que son, no están nada lejos de aquí.

martes, 10 de agosto de 2010

El Golem


Un golem es, en el folclore medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada. En hebreo moderno, la palabra «golem» significa «tonto» o incluso «estúpido». El nombre parece derivar de la palabra gelem, que significa «materia en bruto». Scholem, en su obra "La Cábala y su Simbolismo", escribe que el Golem es una figura que cada treinta y tres años aparece en la ventana de un cuarto sin acceso en el gueto de Praga.

La palabra golem también se usa en la Biblia (Salmos 139:16) y en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embriónica o incompleta. Similarmente, los golems se usan primordialmente en la actualidad en metáforas, bien como seres descerebrados o como entidades al servicio del hombre bajo condiciones controladas pero enemigos de éste en otras. De forma parecida, es un insulto coloquial en yidis, sinónimo de patoso o retrasado.


Historia

Las primeras historias sobre golems se remontan al principio del judaísmo. Los golems fueron creados por personas creyentes y cercanas aDios. Como Adán, el golem es creado a partir del barro, insuflándole después una chispa divina que le da la vida, de manera que la creación de Adán es descrita en un principio como la creación de un golem. Desde este punto de vista, algunas personas con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios podrían adquirir algo de su sabíduría y poder. Uno de esos poderes sería el de la creación de vida. Sin embargo, no importa qué grado de santidad tuviera una persona, el ser que creara sería solamente una sombra del creado por Dios, ya que, entre otras cosas, el golem carece de alma.

La incapacidad principal del golem era la incapacidad de hablar. Tener un golem era visto como el símbolo final de la sabiduría y la santidad, y hay muchos relatos de golems conectados con rabinos ilustres durante toda la Edad Media.

Otros atributos del golem fueron añadidos gradualmente con el tiempo. En muchas historias el Golem lleva grabadas palabras mágicas o religiosas que le dan vida y lo mantienen animado. Grabando los Nombres de Dios en su frente, (o en una tablilla de arcilla bajo su lengua), o bien la palabra Emet ('verdad' en lengua hebrea) en su frente son algunos ejemplos frecuentes. Al borrar la primera letra de 'Emet' para formar 'Met' ('muerte' en hebreo) el golem podía ser destruido o desactivado, quedando solamente su cuerpo de barro inerte.

El relato más famoso relativo a un golem involucra a Rabbi Judah Loew, el Maharal de Praga, un rabino de siglo XVI. Se le atribuye haber creado un golem para defender el gueto de Praga de Josefov de los ataques antisemitas, así como para atender el mantenimiento de la sinagoga. La historia del Golem aparecía en la letra en 1847 en una colección de relatos judíos, publicado por Wolf Pascheles de Praga. Aproximadamente sesenta años después, una descripción ficticia fue publicada por Yudl Rosenberg (1909). De acuerdo con la leyenda, el Golem podía estar hecho de la arcilla de la orilla del río Vltava (río Moldava) en Praga. Tras realizar los rituales prescritos, el Rabbi desarrolló el Golem y lo hizo venir a la vida recitando los conjuros especiales en hebreo. Cuando el Golem de Rabbi Loew creció más, también se puso más violento y empezó a matar a las personas y difundir el miedo. Al Rabino Loew le prometieron que la violencia en contra de los judíos pararía si el Golem era destruido. El Rabbi estuvo de acuerdo. Para destruir el Golem, eliminó la primera letra de la palabra "Emet" de la frente del golem para formar la palabra hebrea que representaba la muerte. (De acuerdo con la leyenda, los restos del Golem de Praga están guardados en un ataúd en el ático del Altneuschul en Praga, y puede ser devuelto a la vida de nuevo si es necesario.)

La existencia de un golem es a veces algo con pros y contras. Los Golems no son inteligentes - si se les ordena llevar a cabo una tarea, tardarán y las instrucciones las ejecutarán literalmente.

A este respecto, es famosa una anécdota, según la cual la mujer del rabino le pidió al golem que fuera "al río a sacar agua" a lo que el golem accedió de la manera más literal posible; fue al río, y comenzó a sacar agua del mismo hasta que inundó la ciudad.

A finales del s. XIX, el grueso de la sociedad europea adoptó la figura del golem. Notoria es la novela de Gustav Meyrink, El Golem, de 1915, basada en los relatos sobre el golem creado por el Rabino Judah Low ben Bezalel. Este libro inspiró una serie de clásicos expresionistas del cine mudo, entre los que destaca la serie El Golem, de la que es especialmente famosa "El Golem: cómo vino al mundo" (también estrenada como "El Golem", 1920, EE.UU. 1921). Otro famoso tratado de la misma época es "EL Golem", "poema dramático en ocho secciones" en yidis de H.Leivick, 1921.

Estas historias atestiguaron un cambio dramático del golem, por ello el golem pasa a convertirse en la creación de místicos ambiciosos que inevitablemente serían castigados por su blasfemia, muy similares al Frankenstein de Mary Shelley y al homúnculo alquímico. Algunos han considerado al golem como precursor de los androides.

En el año 2005 la historia del golem regresó a sus raíces judías en una nueva tira cómica del periódico israelí Yedioth Ahronoth que lo presentaba como un superhéroe patrocinado por el gobierno que protege a Israel de sus problemas internos y existenciales.

A fines del año 2009 el escritor Edgar Brau, de Argentina, concluyó una larga historia fantástica titulada El Proyecto Golem, cuya trama, situada en un futuro impreciso, narra el proceso por medio del cual los israelíes consiguen resucitar, con su memoria intacta, a Adolf Hitler.


Cultura popular

Probablemente como resultado de la popularidad del trabajo de Meyrink, el concepto del golem puede encontrarse en varios elementos de la cultura popular. Algunos ejemplos:

  • El Golem es una película de cine mudo, de 1915; dirigida por Henrik Galeen & Paul Wegener, trata de un Golem de arcilla creado por un hechicero ancestral, que toma vida en la Praga medieval. Está basada en la novela de Gustav Meyrink.
  • La novela de ciencia ficción Kiln People escrita por David Brin en la cual existen duplicados de gente que han sido creados con barro.
  • Existen diversas agrupaciones musicales que han hecho suyo el nombre, destacándose la banda americana Kiln People, que cultiva música de raíz klezmer, y los chilenos Golem (banda), que presentan un pop rock alternativo de influencias británicas. Existe además una banda alemana de heavy metal y destacado renombre, entre otras.
  • La Novela Feet of Clay de Terry Pratchett también evidencia golems en un rol prominente, manejando a modo de sátira muchos clichés del genero golem.
  • La novela de Pete Hamill Snow in August transcurre en la vida del Golem Mahral, que podría o no haber revivido en el último capítulo de dicho libro.
  • En los personajes de Pokémon aparece un monstruo de nombre Golem en la versión inglesa, una forma evolucionada del PokémonGeodude. Golem se presenta con un cuerpo de roca, brazos, piernas y cabeza. También los Pokémon Regirock, Regice, Registeel y Regigigas representan golems hechos de distintos materiales.
  • En la serie Sobrenatural (supernatural), capítulo 1x17 Casa infernal - Hell House, aparece la figura de un golem, que ha cobrado vida por culpa de una leyenda urbana (y un símbolo tibetano que canaliza energías) y sus acciones responden a lo que la gente cree en la leyenda.
  • El 16 de febrero de 1997, el programa de televisión The X-Files (Expediente X) transmitieron el episodio Kaddish en el cual el "Monstruo de la semana" era un Golem. El título del episodio es "Kaddish", y cuenta la historia de una joven mujer Hasidic quien crea un Golem para vengar el asesinato de su esposo a manos de neo-nazis.
  • En las serie de anime RahXephon aparecen gigantes llamados "Dolems". Este nombre suena como una mezcla solmizated de las notas "Do-Re-Mi" y de la palabra "Golem"
  • En la serie The Simpsons episodio "Treehouse of Horror XVII", en la parte "You Gotta Know When To Golem", Bart da vida al Golem y le obliga a seguir sus horribles órdenes.
  • en la serie de anime Zero no tsukaima aparecen monstruos gigantes de tierra creados por una villana
  • El Golem (El Otro, El Mismo; Jorge Luis Borges) Poema inspirado en el mito del golem de Praga.
  • En la novela Chulas y Famosas de Terenci Moix, el Golem es una figura de barro a semejanza de la humana, que persigue a los hombres jóvenes con "dudosas" intenciones.
  • En el manga Shaman King, Redseb and Seyram Munzer tienen un medium mecanizado tipo golem. Este tiene en el pecho el Árbol de Sephiroth como parte de su mecanismo.
  • En el manga y anime japonés "Saint Seiya" específicamente en la saga de hades, un espectro de hades es asignado con la armadura de Golem, Rock de Golem.
  • En el juego para Súper Nintendo Final Fantasy V Golem es una criatura de piedra que se les une al equipo conformado por Leena, Faris, Galuf y Bartz en agradecimiento por salvarlo de unos dinosaurios zombies en la montaña donde crece la planta que sirve de antídoto para salvar al dragón de Kara. Su poder es formar una barrera temporal de piedra y funciona si se le invoca con el "caller". Además durante el juego aparecen diversidad de Golem los cuales atacan a los protagonistas.
  • En la serie de anime japonesa "Monster Ranger" uno de los personajes principales recibe el nombre de golem, es también un golem de piedra que le teme al agua.
  • En la serie animada Gargolas (Gargoyles), un descendiente del original rabino de Praga vuelve al Golem a la vida para protegerla en los tiempos modernos.
  • En la serie Pokémon, hay un pokémon llamado Geodude, que posteriormente evoluciona a Graveler y de éste a Golem (es de tipo roca/tierra).
  • En el cómic El joven Lovecraft, el protagonista crea un golem a su semejanza para que le haga los deberes, pero no consigue entenderse bien con él.
  • En el DVD de la 2ª temporada de Muchachada Nui el disco nº 2 está presentado por un golem con acento manchego.
  • En el anime Digimon Frontier, el villano Gromblemon crea un ser llamado Golemon, usando la magia.
  • En la novela de fantasía "Memorias de Idhún", de Laura Gallego García, aparece un golem que toma la forma del enemigo de uno de los protagonistas, para que pueda luchar contra él y revivir su espada.
  • En el juego de PC, Diablo II, desarrollado por Blizzard, los personajes de tipo "Nigromante" pueden crear distintas clases de Golem, basadas en parte en las clases existentes en el juego de rol "Dungeons & Dragons". Se comienza por el clásico Golem de arcilla, y se obtiene la capacidad de hacer de carne muerta, objetos de metal y finalmente de fuego, conforme se avanza en el juego.
  • En el anime Soul Eater, los Golems son criaturas creadas por los habitantes de un pueblo, utilizando barro y unos guantes gigantes que concentran las vibraciones del alma del usuario,. Los Golems son usados también en la batalla, controlados por la organización Arachnophobia, dirigida por la bruja Arachne.

El poema de Jorge Luis Borges "El Golem"

El escritor argentino Jorge Luis Borges, en su obra "El otro, el mismo", escribe un poema titulado "El Golem" donde se refiere al mito.Borges como palabras preliminares a la lectura del poema declaró que "el Golem es al rabino que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta". A partir de la cita del Crátilo de Platón de que "el nombre es arquetipo de la cosa", abarca el tema de la Cábala y el mito en cuestión. No es cuestión a tratar aquí la interpretación que podamos darle al poema, baste con citar un fragmento:

No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.


Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dió a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,


la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.

Paradójicamente en el poema la única rima que encontró Borges para la palabra Golem fue Scholem.

El cabalista que oficio de numen
a la vasta criatura apodó Golem
esas verdades las refiere Sholem
en un docto lugar de su volumen

y más adelante en el poema

Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)

Por otro lado Borges asegura haber aprendido alemán leyendo, con la ayuda de un diccionario, Der Golem de Gustav Meyrink.

Los Golems en juegos de rol

El concepto de golem, autómatas y simulacros similares es popular, y a través de la historia del pasatiempo del juego de rol, ha dado nacimiento a una gran cantidad de variaciones a través del tiempo.

El concepto de los golems fue alguna vez parte de las fuentes mitológicas adoptadas en el juego Dungeons & Dragons (Dragones y Mazmorras o Calabozos & Dragones) durante su creación, y ha sido un juego popular a través de la historia del rol. Para diferenciarlos de los Golems de la leyenda, los golems en D&D (y otros juegos de patrón similar como Nethack) tienen diferentes apariencias dependiendo del material del que han sido construidos, incluyendo:

  • Golems de Arcilla (más parecidos al original)
  • Golems de Carne (creaciones abominables parecidos al monstruo de Frankenstein)
  • Golems de Acero (los más poderosos teniendo en cuenta el material)
  • Golems de Piedra (estatuas animadas)
  • Golems de Fuego (criaturas ardientes)
  • Golems de rayo (criaturas electrificadas)

Una mala asociación común
Gollum es adicionalmente el nombre de una torcida criatura en la ficticia Tierra Media de J. R. R. Tolkien ; el nombre, sin embargo, no es derivado de golem, como podría parecerlo por el extraño y monocorde sonido que hace la criatura. Es un poblador "natural" (aunque bastante deformado) de la Tierra Media. Su nombre se deriva del ruido gutural que emite al toser.

sábado, 7 de agosto de 2010

La leyenda del atrapa sueños


Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.

Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.

Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.

Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.

El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.

También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.

Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.

Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.

El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.

Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.

Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.

Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.

lunes, 2 de agosto de 2010

Alborada- Abalanch


Quizá esta vez
Logres comprender
La razón por la que hice esta canción
Hoy tengo que cantarla.
Este humilde corazón
No te olvido
Y aun piensa en ti
Me habla sin cesar
Me cuenta todo aquello
Que me hizo sentir tu amor
Y te echa de menos
Escúchalo
Me habla muy adentro
Siente como yo lo siento
Quiero ascender
Al cielo de tus besos
Al reino de tu amor
Hoy sé que volveremos
Seremos de nuevo tu y yo...

Rompí una vez
Tu armazón de hielo
Y mi voz
Llegó a tu corazón
Le habló en forma de un beso
Mi alma se cegó
Con tu dulce fuego
Con tu calor
Luego todo terminó
Tan solo sus cenizas
Me recuerdan quien soy
Soy solo un soñador
El bufón
De todas tus sonrisas
El morador de tu vida
Que por tu amor
Mi alma es lo que doy
En forma de canción
No ves que aún estoy solo
No ves que aún te quiero...